ClimatePartner founders' story
Ahora nos parece algo impensable, pero hace veinte años la crisis climática no era un aspecto que preocupara a la opinión pública.
«Una verdad incómoda», de Al Gore, aún no había llegado a los cines y muy pocos llenábamos nuestras bolsas reutilizables con productos ecológicos... y eso en caso de que se pudiera encontrar siquiera alguno en las estanterías de las tiendas. Así que, cuando Moritz Lehmkuhl les pidió a sus padres un préstamo de 5000 € para poner en marcha su propia empresa de acción climática corporativa, le extendieron un cheque no sin dudarlo.
Sus amigos no se lo podían creer: tenía al alcance de la mano una lucrativa carrera en el ámbito de la banca de inversión... ¿y ahora iba a tirarlo todo por la borda para embarcarse en una especie de nicho verde que nadie comprendía muy bien?
Pero Moritz estaba convencido no solo de la gravedad del problema, sino también de los increíbles instrumentos que existen para resolverlo. En aquel momento estaba gestionando un proyecto financiado por la UE, y desarrolló estrategias para permitir que las empresas se implicaran en la acción climática. Con su pasión, logró convencer a algunas empresas importantes del ámbito del reparto para considerar y en último término ofrecer un reparto carbono neutro, y no solo vislumbró un naciente apetito en el mercado por soluciones sostenibles, sino una oportunidad para ejercer un impacto real.
Se estableció en un apartamento de Múnich con una nómina de tres clientes recibiendo los pedidos por fax y ofreciendo etiquetas carbono neutras hechas a mano para sus productos. Su idea empezó a tomar forma: la plantilla empezó a crecer y, en el año 2011, un antiguo compañero de la facultad de económicas, Tristan A. Foerster, se incorporó a bordo con el cargo compartido de CEO y cofundador.
Tristan venía desencantado del mundo de la consultoría y quería trabajar en algo que fuera más allá de cobrar un sueldo.
Tras haber «aprendido a reciclar incluso antes de aprender a caminar», en sus propias palabras, la sintonía entre ambos era total y compartían una misma visión sobre los valores y los asuntos empresariales.
Trabajaban los siete días de la semana en una labor puerta a puerta para reunirse con clientes potenciales, y ClimatePartner creció lo suficiente como para reubicarse en dos apartamentos conjuntos en un antiguo edificio lleno de corrientes de aire. Pero sentían que cada noche fría trabajando hasta las tantas merecía la pena: «Siempre tuvimos la convicción de que algún día funcionaría», afirma Moritz.
«Siempre tuvimos la convicción de que algún día funcionaría», afirma Moritz.
Se pasaron nueve años repitiendo «Creo que se están moviendo cosas en los mercados» y, por fin, en torno al año 2015 las cosas empezaron a moverse de verdad.
La UE impuso a todas las grandes empresas registrar una hoja de balance de carbono, y esto implicaba que las corporaciones necesitaban que sus cadenas de suministro hicieran lo propio. Las pymes eran la especialidad de ClimatePartner y así, tras años de llamadas y llamadas sin respuesta, el teléfono por fin empezó a sonar.
Más tarde, 2018 marcó un antes y un después: Tristan se refiere a ello como «el efecto Greta Thunberg». De repente, las salas estaban abarrotadas en las presentaciones de Tristan y el público se mostraba comprometido y ávido de encontrar soluciones al problema climático. Finalmente, la gente hablaba de lo que él y Moritz habían visto claro desde el principio.
Había llegado el punto de no retorno en la conciencia de la opinión pública. Las empresas entendieron que había llegado el momento de hacer mejor las cosas y, como pioneros en el mercado y ya con experiencia, ClimatePartner supo aprovechar la coyuntura.
Los servicios fueron creciendo: se desarrolló un paquete integral de soluciones que incluía soluciones digitales.
Casi veinte años después de que Moritz les pidiera a sus padres un humilde préstamo, hay más de 500 empleados de ClimatePartner distribuidos por oficinas en Europa y Norteamérica, y la nómina inicial de tres clientes se ha convertido ya en una amplia clientela de más de 6000 empresas repartidas por más de 60 países.
Moritz afirma: «Quiero vivir en un mundo donde pueda ir a cualquier supermercado y ver en la estantería productos carbono neutros. Quiero que mis hijos sepan que es posible impulsar el cambio y que ellos pueden y deben formar parte de la solución»: Tristan añade: «La única forma de salir de esto es mediante la innovación y la acción. Estamos trabajando duro para seguir siendo catalizadores del cambio y mejorar la vida de las personas de todo el mundo en las zonas más dañadas por el cambio climático. Quiero que mis hijos crezcan en la era post-carbono y que puedan respirar un aire más limpio, tener trabajos ecológicos y caminar sencillamente por la calle sin soportar el ruido de los motores de combustión. Está a nuestro alcance. Moritz y yo siempre lo hemos creído firmemente».
Moritz Lehmkuhl, fundador y director general
Moritz Lehmkuhl llegó en el año 2003 al ámbito de la acción climática. En aquel momento, dirigía un proyecto subvencionado por la UE y creó un concepto para que las empresas pudieran comprometerse con la acción climática. En 2004 se independizó y siguió trabajando en el tema y en 2006 fundó ClimatePartner. Moritz Lehmkuhl es licenciado en económicas (Universidad de Münster) y Post Graduate de la Harvard University y de la Indian School of Business, y fue galardonado en 2010 como Líder Global Joven por el Foro Económico Mundial.
Tristan A. Foerster, CEO ClimatePartner EE.UU.
Tristan fue director general de ClimatePartner desde 2011. En 2022, se trasladó a Boston para asumir el cargo de director general de ClimatePartner USA. Licenciado en economía por las universidades de Friburgo y París, fue asistente personal de Roland Berger y asesor de bancos y aseguradoras. Atesora experiencia en el desarrollo de negocio de proveedores de servicios online como Lycos Europe, así como en la internacionalización y el marketing de los mediadores online de «be2» en más de 30 países. Tristan Foerster ha fundado algunas start-ups en el ámbito de los medios de comunicación online y el comercio electrónico, entre ellas PriceCrash AG.